La Biblia, Nuestra Guía de Fe y Practica

Hace unos días las noticias mundiales presentaban las nuevas leyes y situaciones politico-económicas que el gobierno de Estados Unidos está enfrentando. Entre las muchas controversias que se pueden apreciar, una de ellas captó mi atención… el desmantelamiento del Departamento de Educación Federal. En realidad, la noticia no es sorpresa, pues en los años ‘80, el Presidente en ese entonces, Ronald Regan trató de hacer exactamente lo mismo. Ahora, dentro de esta gran noticia, capta la atención las palabras tan acertadas de la secretaria de prensa de la Nación… “vivimos un tiempo en la historia donde el nivel de “ignorancia o analfabetismo” (para utilizar una palabra que no hiera) es el más alto jamás visto.” Al escuchar estas palabras tan crudas pero reales, nos tenemos que preguntar, ¿qué está pasando? o ¿qué pasó?

La contestación a esta pregunta la encontramos en el pasado. Entre los siglos 13-17 se desarrolló un movimiento que se conoció como “la Era de la Ilustración o de la Razón.” Durante este tiempo, un filósofo y científico muy conocido, René Descartes, desarrolló una frase que lo cambiaría todo… “Pienso, luego existo”. Esta frase, poco a poco, fue socavando la enseñanza tradicional o lo que se había aprendido de los padres, que en la mayoría de los casos era basado en enseñanzas Bíblicas o de los discípulos de los discípulos. Se puede entonces entender, que al echar a un lado la enseñanza tradicional, la lectura, la literatura y la filosofía, entre otros, comienza una debacle en lo didáctico y se desarrolla un aumento en la razón. Muy pronto la enseñanza tradicional y por ende la Biblia pasaron a un segundo o tercer plano y ahora, poco a poco el mundo iba cayendo al famoso ciclo de los Jueces:

Jueces 21:25 NBLA

“En esos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.”

Al observar y escuchar lo que sucede en la Nación y en el resto del mundo, no cabe otra analogía que no sea pensar que “cada cual hace lo que bien le parece ante sus propios ojos” La época de la lectura terminó, la época del aprendizaje terminó, la época de la literatura y la filosofía terminó… ahora cada cual hace como bien le parece. Durante algún tiempo, todavía se podían apreciar buenos escritos, gente dedicada a la enseñanza a través de alegorías, metáforas, ficción… y claro, la Verdad de Dios por medio de Su Palabra. Pero eso también terminó. Esto lo podemos entender mejor si se hace un análisis de los libros mas vendidos en el mundo donde podríamos ver que la Biblia es el mayor de ellos; pero es el que menos se estudia, no se enseña apropiadamente, no se aplica y es el menos que se vive.

Es cierto que la Verdad de Dios, la Biblia, es el libro más reproducido, con la mayor cantidad de traducciones a distintos idiomas y dialectos, el libro con mayor distribución mundial, el libro con mas presencia en cada hogar y el que mas se vende todos los años. Pero también es cierto que la Época de la Razón también afectó la perspectiva de como enseñamos, apreciamos, entendemos y aplicamos la Biblia a nuestras vidas. La Biblia es también el libro más retado y desafiado, es el libro más señalado, es el libro más controversial que existe y el libro menos creído en estos últimos tiempos. En una búsqueda rápida no le encontrarás entre los primeros cinco libros más vendidos de la historia. Esto se debe que a llegado el punto de llamar a la Biblia “un libro anticuado”

Pero para el pueblo de Dios, esta NUNCA debe ser nuestra verdad, pues la palabra de Dios sigue siendo nuestra Lumbrera, nuestra guía de Fe y practica. La vida está llena de incertidumbre y es fácil sentirse perdido cuando no sabemos qué hacer. Pero Dios nos ha dado la Biblia como una guía firme, llena de sabiduría y verdad que nunca cambia. Desde los comienzos de la iglesia, y podríamos decir, a través de toda la historia, los seres humanos han contado con la guía de Dios de manera verbal o escrita. El siempre nos ha dado la guía o la instrucción de como debemos vivir y conducirnos en nuestro caminar. El problema que tenemos en esta creación caída es que, en la mayoría de las ocasiones, donde preferimos creerle a Don Quijote que a lo que dice Dios. Preferimos vivir en el fantasía de Harry Potter o El Señor de los Anillos, antes que vivir conforme a la Verdad de los Mandamientos de Dios los cuales “no son gravosos”. El Apostol Pablo lo dice mejor…

Romanos 7:12 NBLA

“Así que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.”

Cuando nos apoyamos en su Palabra, en Su Verdad y en Su Guía, obtenemos la perspectiva que necesitamos para afrontar los desafíos, tomar decisiones sabias y mantenernos firmes en la fe. Cuando comenzamos a hacer de la Palabra de Dios nuestro UNICO manual de Fe y Practica en lugar de depender de la razón, nuestras emociones, nuestras pasiones, nuestras ideas o de las opiniones de los demás… entonces podremos experimentar la verdadera paz y el verdadero gozo de nuestro Señor. Si podemos confiar en que las Escrituras iluminan nuestro camino y nos guían en la dirección correcta, no temeremos ante ningún gigante y podremos saber esperar en la victoria que dará el Señor. Cuanto más las leemos, más reconocemos la voz de Dios. Así y solo así sabremos esperar en El, confiar en El y entender que… en El, por El y para El TODO ES MEJOR. La verdadera paz se encuentra solo en su guía, la Palabra de Verdad.

“Tu palabra es una lámpara para mis pies, una lumbrera en mi camino.”

Salmo 119:105

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